La Comunidad Santa Rosa Leleque advirtió que el abogado de la Compañía de Tierras Sud Argentino (CTSA), perteneciente a los magnates italianos Benetton, solicitó que se reanude el juicio para desalojarla del lugar donde viven unas siete familias que hace mas de 20 años vienen defendiendo el territorio y se encuentran afianzadas a la «ñuke mapu» (madre tierra), en el noroeste chubutense.

Esta comunidad, que sufrió un desalojo violento en el año 2002 y en el 2007 retornó con una recuperación, cuenta con el reconocimiento de la Personería Jurídica otorgada por el Estado de Chubut y con la Carpeta Técnica de relevamiento territorial, otorgada en 2014 por el INAI, que reconoce el derecho a la posesión y propiedad comunitaria, en el marco de la aplicación de la Ley Nacional Nº 26.160, tal cual lo establecido constitucionalmente.
La Constitución Nacional Argentina prescribe que «corresponde asegurar el respeto de la identidad cultural de los pueblos indígenas y su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten (art. 75, inc. 17)”.
Santa Rosa- Leleque se encuentra ubicada en la localidad de Leleleque, cabecera del Departamento Cushamen, al noroeste de la provincia del Chubut. En el kilómetro 1.840 de la Ruta Nacional 40, a 40 kilómetros de El Maitén, 90 al norte de Esquel y 180 al sur de Bariloche.
Los ancestros de Rosa Rúa Nahuelquir y Atilio Curiñanco
Rosa y Atilio, autoridades de la Comunidad, descienden de familias que poblaron la zona de Lepá y Leleque.

Rosa desciende de un cacique de Cushamen, paraje vecino, donde se realizaban grandes kamarukos (ceremonia espiritual y filosófica mapuche). Cushamen fue una colonia donde se reagruparon familias mapuche-tehuelche sobrevivientes de la guerra o que escaparon de presidios como los campos de concentración de Valcheta y Chinchinales, pues en gran medida murieron como mano de obra esclava de terratenientes en el Norte.
Mientras que los abuelos y padres de Atilio fueron contratados por el ferrocarril, trabajando en la estación Leleque, ubicada a pocos kilómetros de distancia. El cuadro conocido como “Santa Rosa” era entonces espacio de juegos y aprendizaje, de caza y de pastoreo de sus caballos.
Desalojo y recuperación territorial
En el año 2002 Rosa y Atilio recuperaron el cuadro «Santa Rosa». A los tres meses, Benetton, comprador de la CTSA, logró la orden de desalojo cautelar del juez penal de Esquel Colabelli, luego destituido por el mal desempeño y desconocimiento inexcusable del derecho.

En el año 2004, se dio el juicio donde el matrimonio mapuche fue sobreseído del cargo de usurpación: «Luego del juicio nos dijeron que se iba a solucionar todo, pero no fue así», contó a OriginariosAR Liliana Curiñanco Nahuelquir, vocera de la comunidad e hija del matrimonio mapuche.
«La sentencia había quedado en suspenso en el año 2011 por la aplicación de la ley 26.160 pero con la derogación de la misma el abogado Martín Iturburu Moneff, representante de la compañía de Benetton, pide se reanuden los autos de sentencia de desalojo», señaló la vocera.
En ese sentido «recibimos una notificación en diciembre del 2024 del abogado asesor de la Compañía donde solicita se reanude la sentencia para el desalojo de nuestra comunidad».
Días atrás, autoridades de la comunidad acompañadas por integrantes de otras comunidades y de la APDH, brindaron una conferencia de prensa para informar sobre un nuevo atropello por parte de Benetton hacía la comunidad y el peligroso ataque a los derechos indígenas por parte de los gobiernos nacional y provincial.
(Para ver Conferencia de Prensa https://www.facebook.com/share/v/1B1DEtkoPE)
La vocera señaló que «es una contradicción terrible porque por un lado nos reconocen como pueblos originarios, como pueblo mapuche tehuelche mediante la carpeta de relevamiento territorial y, también, tenemos la personería jurídica otorgada por el Estado provincial».

«Mi papá tiene un certificado de nacimiento donde dice que es nacido en territorio de Leleque, eso dice en su DNI. Él pasó su infancia ahí, juntando leña con sus hermanos, cazando liebres para alimentarse, vivió ahí con su papá y su mamá e incluso en ese territorio, donde hoy esta la estancia, está enterrado mi tío, hermano de mi papá», enfatizó.
Por su parte, Atilio señaló: «nosotros somos de sangre milenaria, nuestras familias y ancestros han vivido en estos territorios ancestralmente».
Mientras, Rosa relató: «la estancia de Benetton se estableció sobre el territorio donde vivían las familias Nahuelquir, Rayen, Llancaqueo, Curiñanco y muchas otras mas. Por eso todo eso pertenece a las familias que vivíamos en ese lugar».
«Estábamos protegido contra el desalojo con la Ley 26.160; ahora que Milei la derogó todas las comunidades que estamos en conflictos estamos en peligro de desalojo. No solamente Santa Rosa Leleque, sino que también comunidades de Villa La Angostura y toda la región», detalló Rosa.
La historia de los Benetton y la apropiación de territorio mapuche-tehuelche
En 1991, el Holding Benetton adquirió unas 900.000 hectáreas de tierras administrada por la “Compañía de Tierras del Sud Argentino S.A.” por 50 millones de dólares y las conserva hasta la actualidad, pero desde la corporación multinacional no reconocen ningún derecho territorial de las comunidades allí asentadas.

La historia que hoy confronta a los Benetton con el Pueblo mapuche-tehuelche se originó en los años 1870-90 con la campaña genocida del coronel Julio A. Roca, la apropiación territorial foránea y los crímenes de lesa humanidad del recién nacido Estado, que facilitó fraudulentas maniobras financieras, administrativas y políticas para consolidar una de las mayores concentraciones de tierras de la Argentina.
En 1889 se creó en Londres «The Argentine Southern Land Co.» (ASLCo, según sus siglas en inglés), una Compañía engendrada por la colaboración y articulación entre un gobierno oligárquico argentino y el Imperio británico, con el fin de retribuir desde el gobierno nacional el financiamiento, a través de inversiones y empréstitos con la corona británica, a la campaña del Ejercito argentino que llevó adelante el genocidio indígena en los territorios de la Patagonia, según la investigación de Ramón Minieri publicado en su libro «Ese Ajeno Sur».
La ASLCo obtuvo casi un millón de hectáreas de las mejores tierras periféricas a la línea del ferrocarril construido por una de sus más de 50 empresas vinculadas, a través del cual exportaba su producción ganadera y lanera (hoy además minera y forestal) sin ningún tipo de control, tasa ni tributo, recibiendo como si fuera poco todo tipo de exenciones.
A finales del siglo XIX y durante el siglo XX se realizaron mensuras y conseciones que omitieron consultar a las comunidades originarias y se desconocieron sus derechos sobre los territorios o se escondieron extensas fracciones que excedían los límites de la concesión y fueron malhabidas por la Compañía, pero siguieron siendo explotadas por el dueño del negocio, ASLCo.
El 26 de mayo de 1982, “Año de la Recuperación de las Islas Malvinas”, se cambió la razón social por “Compañía de Tierras del Sud Argentino S.A.” que administra las tierras que fueron vendidas a Benetton.
«Hacemos un llamado a la unión de nuestro pueblo»
En la actualidad, desde la Comunidad Santa Rosa Leleque contaron que gente que no es de la comunidad están desviando el curso del agua:»hoy por hoy están sacando árboles para juntar agua para el campo de enfrente, cuando la comunidad trabajó mucho para despejar los canales para que el agua fluya para los animales y para que los árboles crezcan».
Ante este nuevo atropello hacen «un llamado a la unión de nuestro pueblo, sino le estamos dando de comer al wingka. El pueblo mapuche tiene la fortaleza, tenemos que saber usar la sabiduría que nos viene de la mapu, démosle valor sino quedamos detrás de una red social ó dando discursos que a veces no ayudan». https://www.tiktok.com/@santa.rosa.leleke/video/7463145731633794310?_r=1&_t=ZM-8tJHtChbsG5

Por lo pronto, deben esperar a que se levante la Feria Judicial para ver las acciones jurídicas a seguir, y mientras tanto siguen «resguardando la vida natural que vivimos en esta zona, porque si bien es una vida linda todavía, vienen por la explotación de esos ´recursos´ que hay en nuestros territorios».