La machi Millaray Huichalaf, referente espiritual y lideresa comunitaria contó a OriginariosAR que «a través de una la larga lucha, de cárcel, de persecución, de represión y de litigio, hoy en día logramos que el Ngen Mapu Kintuante no va a ser inundado».
Millaray Huichalaf es lideresa de un movimiento que, desde hace 14 años, busca difundir el riesgo que implica, tanto para la biodiversidad como para la cosmovisión y la forma de vida mapuche, la construcción de dos mega represas hidroeléctricas en el río Pilmaiquén en la Región de Los Ríos, en Chile, por parte de la compañía estatal noruega Statkraft.
La machi participó en la ciudad de Buenos Aires, a fines de noviembre, de un encuentro de becarios y becarias de Omega Resilience Awards (ORA), y brindó un conversatorio en la Muestra fotográfica «Machi Millaray, guardiana del agua», de Pablo Piovano, donde contó sobre la defensa del complejo ceremonial mapuche del «Ngen Mapu Kintuante» y del Río Pilmaiquén.
«Yo soy machi del territorio del Pilmaiquén. Mi ´Lof´ (comunidad) se llama Carimallín y al río Pilmaiquén lo denominamos como el río de las almas, el río de los espíritus. Allí nos congregamos, unas 150 comunidades, en un espacio ceremonial que se llama Ngen Mapu Kintuante», indicó a OriginariosAR.
En la cosmovisión mapuche el Ngen Mapu Kintuante es una entidad espiritual, que era una persona de la comunidad que se transformó en espíritu, y posee poderes sobrenaturales para mediar entre los originarios y las divinidades.
Según la machi, «él nos pidió por medio de sueños que habláramos de él para poder defenderlo, porque estaba a punto de irse a otro espacio, al ´wenumapu´ (lugar donde residen los espíritus), porque el que figuraba como propietario del territorio lo usaba de basurero y lo había vendido a una empresa hidroeléctrica que lo iba a intervenir con maquinarias».
«Desde muy pequeña, sentí el despertar de machi a través de un proceso muy fuerte, y luego me tocó asumir una vocería política de todo lo que es la defensa del río, de los espacios espirituales y dar este punto de vista de cómo me toca sufrirlo como sanadora, y como machi me toca contarle al mundo cómo yo siento el avance del capitalismo en mi tierra», relató.
Mapuche significa gente del territorio: «Creemos en espacios territoriales que están sobre la tierra tangible y debajo de ésta, somos energía del universo y llegamos a este espacio donde brotamos junto a las vertientes, a los ríos, a las montañas, y todo esto son nuestros hermanos, nuestra familia con la que cohabitamos y nos respetamos», detalló.
«Vivimos en este equilibrio con el río de las almas y no lo queremos perder para no enfermar, porque los espíritus igual están en este equilibrio, entonces tratamos de explicar de todas las maneras posibles la importancia del río y cómo lo sentimos», agregó.
«Nosotros creemos en lo cíclico de la vida y la muerte, de que igual somos tierra y en algún momento volvemos a ella, pero nuestro espíritu asciende por elementos; nosotros somos del agua en mi territorio y volvemos al agua por medio de vertientes que son subterráneas de nuestros cementerios y todas nuestras comunidades están cerca de los ríos», relató.
«Por las aguas del río Pilmaiquén bajan nuestros espíritus una vez que nos vamos, nos vamos en materia pero ascendemos en espíritu, y ese viaje de retorno es el que quiere ser intervenido por esta empresa hidroeléctrica estatal noruega», detalló.
Millaray Huichalaf viajó a Buenos Aires para recibir una beca por la defensa de la salud ambiental, la gestión de los bienes naturales marinos, la medicina integral y el resguardo de espacios ceremoniales y ancestrales mapuche.
«Soy una de las seleccionadas, de un total de 300 participantes que se presentaron desde diversos territorios, y acá pude conocer gente muy importante y valiosa que me dieron a conocer otras experiencias de mucha lucha y coraje, como la que llevamos adelante nosotros», contó la machi a OriginariosAR.
«Vemos muchos jóvenes construyendo alternativas, que no son nada nuevo sino que son alternativas ancestrales en la defensa de nuestros territorios», añadió.
«Hoy día vienen con centrales hidroeléctricas, con las forestales, las empresas eólicas y mineras, entre otras, a tratar de arrebatarnos lo más sagrado que tenemos que es nuestra espiritualidad, nuestras convicciones, nuestras formas de ver este mundo, y nuestra manera de cómo yo quiero vivir y cómo yo quiero morir», cuestionó.
Respecto a la visión que tiene el mundo no indígena respecto a la cosmovisión mapuche, la machi reflexionó: «siempre nos han criado en torno a que nuestra espiritualidad son mitos y mentiras, y que todo lo que creemos no existe».
«Nosotros nos paramos en nuestro territorio, levantamos al ´Ngen´ (espíritu), y dijimos que nosotros vamos a vivir y a morir como queremos, porque también creemos en la trascendencia de nuestro trabajo, de que la construcción que hagamos a diario es energía para el futuro también», enfatizó.
La lideresa mapuche es una de las 21 personas elegidas como becarias en el marco de la implementación en Latinoamérica del proyecto anual Omega Resilience Awards (ORA), a cargo del Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial (CAJE) y la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.
El programa de becas que se implementó este año, por primera vez, benefició a poblaciones de Costa Rica, Ecuador, México, Brasil, Bolivia, Chile y Argentina, y también de India y África.
«La base de nosotros es nuestra espiritualidad, de ahí a la calle, de ahí a las protestas, de ahí a la resistencia y al control territorial que es lo que hemos practicado y lo que nos ha dado un poder efectivo tal que, a través de una la larga lucha, de cárcel, de persecución, de represión y de litigio, hoy en día logramos que el Ngen Mapu Kintuante no va a ser inundado», narró.
Por último, hizo un llamado a «que la gente tenga fuerza y que no se canse de luchar, porque el que se cansa es el que se pierde, y nosotros con nuestra espiritualidad, que venimos de resistencia de más de 500 años, ya no nos cansamos».