La comunidad Tusca Pacha, del río Los Alisos, de la ciudad de Palpala, perteneciente al pueblo coya denunció que están viviendo atropellos de empresarios que están ligados con el poder político y judicial. El jueves pasado se presentó el empresario Alfredo González con dos máquinas rompiendo el alambrado y destruyendo sembrados en el territorio de la comunidad, en el sector de la Familia Maraz.
La comunera Juana Mamani denuncia constantes atropellos por parte de la inmobiliaria Sucre en la comunidad Tusca Pacha. Han sufrido daños en sus cultivos y en su propiedad, y la anciana de la comunidad se siente amenazada. Temen por su seguridad y piden solidaridad en su lucha por mantener su forma de vida tradicional en el territorio.
Alfredo Gonzalez fue denunciado por la comunidad mediante un comunicado dónde se manifiesta que éste empresario se «acercó a hablar a doña Lilia Maraz, de 74 años, que estaba sola en ese momento, y de manera prepotente dijo ser el dueño y continuó amenazándola. Así mismo, los maquinistas también la hostigaron. Luego de destruir el maíz para semilla, el maní y hacer sacar el alambrado, se retiraron».
Este hostigamiento y atropellos que vive la comunidad no es reciente ya que «desde 2023, la causa por usurpación que González había iniciado está frenada en el pedido de sobreseimiento de parte del fiscal para nuestro compañero Pedro Maraz» manifestó la comunidad.
Por otro lado, la Comunidad Tusca Pacha remarcó que «ninguna orden judicial avala la destrucción que hizo hoy González. Es lo mismo que había hecho el 4 de enero de 2022, cuando sin ninguna orden judicial y sin ningún aviso entró con las máquinas rompiendo alambrado, tirando abajo árboles, destruyendo sembrados. Luego, los fiscales ordenaron el retiro de todas las máquinas que estaban destruyendo todo ese día y la restitución inmediata de ese sector».
Negocio inmobiliario para despojar a la Comunidad Tusca Pacha
La presidenta de la comunidad Juana Mamani, comunicó a originarios.ar que vienen constantemente sufriendo atropellos con máquinas de parte de la inmobiliaria Sucre, la cual pertenece a «Alfredo González, ya que desde el 2022, nos viene atropellando con la máquina y aplastando todo nuestro sembrado. Por eso acá sembramos maíz, maní, calabaza, coreanito, ponemos acelga, cebolla, arveja, todo así, de acuerdo a la estación, vamos sembrando durante el año. ¿Cuál es el motivo de esto? Del avance de un parque industrial, propiedad del señor Alfredo González».
La presidenta de la comunidad destaca que Gonzalez se adjudica ser dueño de esas hectáreas de la comunidad, y que en realidad no es así «nosotros vivimos acá más de 50 años, mis abuelos, mis padres, hoy yo, mis hijos, mis nietos, seguimos viviendo acá en el territorio y nunca antes apareció un dueño. Y también nos decían siempre desde Hidráulica que esto era zona de riesgo, entonces hoy, como ya no viene agua del río Los Alisos, esta inmobiliaria avanza».
Estás aspiraciones de despojar a la comunidad es porque hay interés por un negocio inmobiliario, a ello la presidenta de la comunidad expresó que hay muchos «intentos de despojar a las familias que están acá a orillas del río Los Alisos. La verdad que yo no puedo creer porque estamos en contra del río y él quiere vender estos terrenos. Todo es arenita, ripio, él le pone un poquito de tierra negra y ya los vende. Entonces, bueno, en el 2022, en enero, durante la feria judicial hemos sufrido atropellos de cinco máquinas donde nos derribaron todos los árboles ancestrales, algarrobos, toda la plantación. Y, bueno, habíamos hecho la denuncia correspondiente y se frenó ahí como quedó la familia acá, la primera familia Maraz, no es usurpador. La Fiscalía resolvió de que retiren las máquinas porque no había una orden para desalojar y despojar a las familia Maraz»
Y ahora nuevamente la Comunidad viven duros momentos de ataque en su territorio, Juana con dolor manifiesta «estaba todo tranquilo, nosotros seguimos sembrando, produciendo en pequeña escala y permaneciendo acá en el territorio, ¿no?, de forma pacífica, continua y pública. Y resulta que ahora, en el día de ayer (por el día jueves) al mediodía, aparecieron dos máquinas guiadas por el señor Alfredo González y, bueno, arrasaron todo el alambrado que limita el parque industrial con la primera familia de la comunidad de Tusca Pacha. Rompió todos los postes, los alambres, destruyó la plantación de maíz, donde ya teníamos para cosecharla, digamos nosotros guardamos las semillas. Entonces sacamos esa semilla, que es originaria, nativa, y la volvemos a sembrar para el año que viene, el maní también. Así que arrasó con una parte del sembrado y, bueno, lo que es penoso, destruyó todo lo alambrado porque a nosotros nos cuesta comprar los postes, los alambres, las travillas, y el esfuerzo que hacemos durante todo el año acá con los integrantes de la comunidad. Y, bueno, ayer se presentó, intercambió palabras con la viejita que estaba sola, la hostigaron también, los dos maquinistas también la hostigaron y la verdad que la anciana se sintió amenazada y ella ahora está con miedo. Y nosotros como comunidad, como mujeres, que somos las que vivimos acá en el territorio, estamos preocupados porque antes fue hostigamiento a don Pedro Maraz, nuestro hermano, y este año apareció atropellado en la ruta».
Muerte dudosa de un integrante de la Comunidad de Tusca Pacha
La comunidad sigue esperando que la justicia esclarezca la muerte dudosa de don Pedro Maraz. Juana recuerda «él salió a buscar a unos albañiles para poder hacer un trabajo acá en la comunidad y resulta que durante dos días no sabíamos nada de él y después nos enteramos que acá en la ruta 66, a la altura del Hotel Zapla, lo habían encontrado atropellado, pero nadie sabía nada, a pesar que nosotros habíamos averiguado, investigado. Después recién, pasó un sábado y el lunes recién, nos dijeron que había un cuerpo y, bueno, fue a reconocer la familia y finalmente era don Pedro Maraz. Esa muerte quedó dudosa. Nosotros estamos preocupados porque no se investigó y hasta el día de hoy no sabemos quién atropelló a nuestro hermano, que sí estaba hostigado y perseguido, sí sabemos. Bueno, ahora la hermana Liliana Maraz también se siente lo mismo. Tememos por la vida de ella. Como ella dice, no quiero que me pase lo que le pasó a mi hermano, pero tenemos que luchar por los
derechos de vivir en el territorio de antaños de forma libre y como nos gusta vivir en el campo, con nuestros animales, con nuestra gallina, con nuestra producción sana, sin químicos, porque eso es lo que hacemos. Entonces nosotros queremos seguir viviendo libremente acá y queremos que la anciana siga acá. Así que hicimos la denuncia correspondiente y hoy estamos acá declarados en estado de alerta y permanencia acompañando a la anciana porque ella está con mucho miedo. Y nosotras también, las hermanas que acompañamos a la anciana, ya estamos identificadas por este inmobiliario. Así que también nos preocupa nuestra salud, nuestra vida. Como mujeres estamos muy preocupadas porque el que tiene dinero, el que tiene una inmobiliaria, el que es dueño de tres surtidores, el que es presidente de la Cámara de Combustible, Alfredo González, con su dinero viene y atropella y nos amenaza. Entonces la verdad que vamos a hacerlo público todo porque tememos por nuestra salud. Esperamos que la justicia haga la inspección ocular que corresponda y que tome carta en el asunto. Somos mujeres campesinas, indígenas, que solamente queremos vivir con nuestra identidad, manteniendo nuestra identidad, nuestra cultura, nuestra forma de vivir. No nos gusta el lujo, queremos estar acá en nuestra casa precaria, en nuestra casa sencilla, con los árboles y con nuestros sembrados. Así que bueno, a la audiencia pedirle que solidaricen con nosotros las mujeres campesinas, indígenas, que luchamos por el territorio, luchamos por el aire. No queremos que rompan, que volteen los árboles. Queremos seguir con la soberanía alimentaria como nos gusta, de forma agroecológica. Así que esa es nuestra situación en este momento. Estamos acá en el territorio acompañando a la anciana Lilia Maraz y bueno, viendo cómo seguimos porque no es fácil. No es fácil porque trabajamos, tenemos obligaciones, tenemos niños para mandar a la escuela y tenemos que estar preocupadas».
La comunidad está viviendo sin tener paz, en este mes de la Pachamama, finalmente Juana Mamani manifiesta «este hombre viene y nos hace denuncias por desalojos, por usurpadores. Nosotros no somos usurpadores. Nosotros vivimos el territorio y lo cuidamos de forma agroecológica de toda la vida. Así que eso, que nos acompañen y que nos entiendan la situación y que defendemos la naturaleza».