Octorina fue de las primeras que denunció el abuso y violencias hacia las niñas y mujeres de su pueblo, pero sobre todo dio a conocer el abuso y las violaciones sexuales de niñas wichí por parte de hombres criollos. Tenía 64 años y era oriunda de la localidad que hoy se llama Embarcación, a más de 260 kilómetros de la ciudad de Salta, donde fue niyat (autoridad) de la Comunidad Honhat Le Les.

Aunque se describía a sí misma como una simple “mujer wichí”, desde hace años era una referencia ineludible a la hora de hablar de la situación de los pueblos indígenas en Salta.

Una gran referente indígena que supo visibilizar la situación de vulnerabilidad extrema en la que están sumidas las comunidades en el monte.

A mediados de los '90 se instaló con una carpa en la Plaza principal de Salta Capital denunciando públicamente la ausencia y el abandono del Estado a las comunidades.

También supo motorizar y convocar a la militancia indígena, como en el acampe del 2017 por la Prórroga de la Ley 26.160, frente al Congreso, en Buenos Aires.

Octorina visibilizaba y transmitía sus conocimientos a través la música o tomando la palabra en las asambleas y espacios que consiguiera, y cuando eso no era suficiente para llamar la atención de los gobernantes de turno se encadenada en edificios públicos hasta que alguien del gobierno la recibiera.

En el último acampe del año pasado frente al Congreso,  hizo una puesta de escena teatral: ella caracterizada como la parka arrastrando un ataúd con la leyenda "Ley 26.160"...  Fue creativa e innovó en nuevas formas de manifestar y expresar las denuncias públicamente.

Luchó para que los Derechos Humanos se hagan efectivos con su pueblo y con todos los pueblos indígenas y más de una vez se plantó y se paró de mano ante quienes pretendían ordenarla, tratarla con desprecio o ningunearla.

Octorina, una Mujer Wichí.

"Octorina i leiyejh hohnat, dejó la tierra", informó la mañana del 1 de Junio, Tujuayliya Gea Zamora, su hija.

Buen viaje Octorina!!!!